jueves, 18 de septiembre de 2014

La despedida, decir adiós


La despedida, decir adiós

  Nacemos en un medio familiar, social económico y cultural, nacemos como un cuenco, con  sus diferentes formas, esto supone, que a la vez que nos  limita,  nos da forma.


Asimismo, un cuenco nace  vacío y vamos poco a poco llenándolo, con creencias limitantes, impuestas, repetitivas,  dañinas, y  repleto de muchos miedos.


 Cuando necesitamos vaciarlo porque como adultos podemos modificar el contenido que conforma nuestro yo o queremos finalizar una situación en la que nos estamos feliz, o nos sentimos incompletos, o en medio de relaciones toxicas, sin embargo, nos acostumbramos a vivir con apegos  intensos que nos los podemos soltar. Nos da miedo soltar, y aún más, admitir el error de que nuestro cuenco no nos gusta tanto como creemos y nos engañarnos.

Cuando  nos toca soltar a alguien, por algún motivo, pues esa persona ya no representa para nosotros lo mismo que antes: nos ha defraudado, han cambiado o tomaron  distintos caminos en la vida, y consideras que es mejor que ya no formen parte de nuestro entorno como pareja,  o  como colaborador, como amigo, llega el momento de decirse adiós.
Entonces, este  decir ‘adiós’  cuesta,  aunque es  tan necesario como decir ‘hola’.  Debido a que las cosas en la vida se van, se marchan, nos dejan.
 Es difícil ponerse delante de una situación de despedida porque nosotros, lo que realmente queremos, es que las cosas que nos gustan permanezcan siempre entre nosotros y rechazamos las situaciones que nos parece desagradable, o que nos mueve de nuestra comodidad, ambas situaciones  hacen  y nos han hecho sufrir.
Es como los niños que se la están pasando bomba en el parque y montan el berrinche más grande del universo cuando les dice que es hora de regresar a casa. Los adultos no somos diferentes a esto, nuestros berrinches acaban en  adiciones.
Para poder dejar ir las cosas, personas y situaciones, y evitarnos el proceso de duelo que viene con la quiebra, lo único que podemos hacer es comprender que cunado iniciamos un cambio, resulta incomodo, nos resistimos.
Sin embargo, confiar en el proceso de la vida hará más fácil, los cambios. Nuestra vida es impermanencia, No es cuestión de si o no podemos forcejear con la naturaleza. Sino procesar o vivir en el ritmo de  la vida con sus movimientos, ciclos, sus leyes,  ajenas a nuestra voluntad.
 Cuando esos ciclos son interrumpidos o no concluyen nos enfermamos, nos engordamos, nos quedamos atados, a veces esta dependencia es suplantando a otros,  asumiendo responsabilidades que no nos corresponden, queriendo satisfacciones y reconocimientos. Con el desenlace del uso de pastillas…adiciones…ansiedades, porque no terminamos de aceptar que el contenido del  cuenco es cambiante…y esta ley de la naturaleza es rotunda.
Vivimos entre el tiempo y estaciones,  somos nosotros los que tenemos que aceptar el ritmo que marca el compás de la naturaleza.
A
sabiendas, que el yo humano no tiene nada para sí.
Lola Cárdenes Naranjo

Psicóloga- Psicoterapeuta
Diplomada Insights, Formación en Gestalt

Técnica de Formación. Gobierno de Canarias

Realiza el programa" La experiencia de vivir" 









viernes, 25 de abril de 2014

Pendular entre el apego y la aversión

Nos movemos entre los apegos y aversiones

Si buscamos algo sólido donde asirnos, donde agarrarnos, es porque la experiencia de la vida diaria nos ha acostumbrado a depender de las ideas e intentamos hallar la realidad en estas ideas, imágenes, o representaciones.

Ahora bien, la realidad, nuestra naturaleza esencial, no es ninguna idea, como no es ningún sentimiento, ni nada de lo que va y viene.
Fijémonos que  la mayoría de las cosas,  que nos proporcionan alegría o pena durante gran parte de la existencia, dependen, casi siempre o es consecuencia, de lo que nos dicen o de las cosas que nosotros pensamos que tienen que ocurrir.

 Nos dicen algo que va a favor de nuestros deseos, y automáticamente nos sentimos más tranquilos, más felices, más seguros, como si fuéramos más nosotros mismos. Nos dicen algo que va en contra de nuestros deseos o que aumenta nuestros temores y, automáticamente también, nos sentimos con sensaciones incomodas,  tristes, irritados, contrariados.


Entonces, es preciso tocar la realidad desnuda de la experiencia de dar un salto.  Significa reencontrarse  consigo mismos, sin el intermediario de imágenes preconcebidas, deseos o  previas emociones reactivas o expectativas ansiosas.

Nada fácil, las resistencias son enormes, las dificultades e incomodidad que registramos, al oponemos nos paraliza, aumentando nuestro malestar psicológico y físico. Negando y aumentando las dificultades que toman diferentes formas: como es el víctimismo, las agresiones o la huida, antes que dar el salto, para vivenciar, la experiencia de aceptar la vida tal cual es.







martes, 25 de marzo de 2014

Impermanencia


lunes, 24 de marzo de 2014

Una vida personal, sana


viernes, 10 de enero de 2014

Propósitos para sanar en este año nuevo 2014


 Cómo manejar la intención o la dirección de nuestros proyectos, cómo conseguir aquello que nos proponemos.
Comienza con esta intención: Relájate, inspira  y expresa ese algo que tienes en la mente y observa que estas haciendo en ese algo.
Puedes empezar realizando una lista de lo que piensas que son tus proyectos, los que tantas veces te has propuesto iniciar y siguen pendientes…sin completar, por ejemplo, en la salud, con el dentista, cuando te has propuesto adelgazar, la dieta, tipo de alimentos…la meditación o tus ejercicios que te apoyan en las mejoras que quieres para ti.

Necesita que tu propósito, sea sencillo, concretos, alcanzable, quizás quieres mantenerte sereno, relajado ante las vicisitudes de la vida, por ejemplo, antes aquellas cosas que te molestan o que no sabes manejar, mantenerte serena.

Un hermoso propósito para el año nuevo el de Indagar en el interior.

Podrías empezar el año con el propósito de conocerte mejor, de descubrir cómo eres y reflexionar a cerca de cómo te manifiestas en tus relaciones, con tu salud, con el dinero o en tu profesión.  Para ello es preciso indagar en el interior.
 Observa cuál es el modo de vida que quieres para ti. El cambio personal se inicia desde dentro de ti mismo.

Por consiguiente. Primero Es necesario  dedicar tiempo a la tarea de concentrarnos en nosotros y descubrir… descubrir, el potencial que cada uno llevas dentro, y  utilizarlo a nuestro favor para conseguir lo que es importante para ti.

Quizás, en este año que comienza, sea el momento de descubrir esa fuerza, tu momentum y con el fin de conseguir los propósitos.
Y  es importante, que nos demos cuenta, que en este planeta recogemos lo que sembramos. Si sabemos lo que queremos cosecharemos y recogeremos  los frutos.

Quizás, a ti te pasa que sientes, ves claro, lo que quiere pero no arrancas… se queda en la bandeja de entrada pendiente,  con muchas justificaciones…algunas como estas: cuando mi marido quiera, o esta,  mi mujer no lo ve claro, y mientras  ella no lo crea, mejor esperar, o cuando mis hijos sean grandes, o aún no estoy preparado, ahora no es momento…un sin fin de excusas y razones…

Sin embargo, por experiencia  sabemos,   que cuando  tenemos el propósito, y la intención clara, la dirección  y las sucesivas experiencias se alinean con nosotros, y entonces, percibimos la existencia,  como algo vivo, válido, con sentido. Crecemos en respeto, autoestima y responsabilidad hacia nosotros mismos y con cuantas cosas ocurren alrededor.

Un brinde por tus éxitos.