Te invito a que des un salto…
Dar un salto con
asertividad, con un fin, con convicción personal y con buena expresión de la autoestima.
Esto significa que evites, yo diría que no entres en la
cadena de reacciones que supone los juegos y roles de la negatividad, como el
vítimismo, los castigadores y las risas
tontas de la indiferencia.
Que estos fenómenos, no te atrapen ni te pisen.
Estas experiencias las vivimos constantemente, a nuestro alrededor
existen compañeras/ros que proyectan sus frustraciones, adicciones en su
compañero de al lado.
Cuidado, atención no entres en ese juego. En esa fantasía
de lo que el otro proyecta hacia fuera, porque su vida no se sostiene. Si
entras, sentirás emociones encontradas, propias de la reacción en cadena. Y
cuando te atrapa la miseria del otro, quedas como un chicle a merced de la
rabia, la fijación, el rencor o la sonrisa tonta de la indiferencia.
Hay muchas personas que viven muy
descontentas, tanto de sí mismas como de la sociedad que les rodea.
Sin embargo, las operaciones de la mente propia o del
otro, son por definición, transitorias, fenoménicas, vienen y se
van, se diluyen en el tiempo.
Mejor crea alrededor tuyo una esfera de paz, de silencio,
de no reacción. Mueve la energía, tus sentimientos, tu mirada, tus ojos, tu
sonrisa hacia la calma básica para el
desarrollo de una vida plena.
Pregúntate qué es lo siguiente:
Que pasos necesitas dar
para seguir adelante, para abrirte hacia un nuevo salto, a pesar de la progresiva dependencia y condicionamiento social, de uniformidad.
¡Aventúrate a dar
un salto!
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