La no expresión de las emociones
Vivimos
en una cultura en la que hemos separado, dividido e incluso ignorados las
emociones que requerimos para expresar cómo vivimos, el día a día.
En
muchas ocasiones, la necesidad de expresar las emociones quedan estancadas,
encubiertas cuando se desvían hacia otros temas, necesidad que al no expresarse la persona queda,
rota o roto, en su yo psicológico.
Sin
embargo, en muchas ocasiones las personas hacen caso omiso de lo que está
ocurriendo dentro de ellas, y se expresan como si no ocurriera nada. Viven en
el autoengaño; obligando al otro a realizar el mismo engaño. No culmina el anhelo…de
vivir despierto.
Este
es el modelo de la sociedad occidental, contradictorio y obligado a vivir dormido,
enfrascado en satisfacer una y otra, vez, múltiples
necesidades sustitutas, porque han sido incapaz de satisfacer la mas básica,
que es expresar lo sentimientos que corresponden al momento…culminando en la
imposibilidad y enfermedad de la propia insatisfacción.
Una
buena dinámica requiere indagar, para que despiertes, sin hacer teoría de lo
que debes o no debes expresar, sin que un rol con sus logros, éxitos, fracasos, estatus de género, o estatus por las posesiones, estanques la propia creatividad emocional.
Sino
experimentando la vida con sus emociones,
con lo que percibes, prestando
atención a lo que está ocurriendo en el interior.
Valorando, el continuum de experiencias o
secuencias consecuentes con lo creado, o con aquellas manifestaciones en que las expectativas y tendencias consiguieron.
Buena Suerte
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