martes, 11 de octubre de 2011

El deseo de lo ajeno

Entendiendo por ajeno, cuando coges lo que no es tuyo,  o deseas lo del otro. Existen muchas personas cercas y lejanas que viven a expensa de lo que el otro hace, dice, o  robando bienes materiales. Conocemos casos de socios, hermanas, gente que parecen dar confianza. Sin embargo, están dispuesto a substraer lo ajeno. Créanme, hurtar por pequeño que sea el objeto nos lleva a todos al malestar. Esos abusos en precio o  llevarse cosas por la fuerza, por el engaño, nos hace a todos infeliz.
Las ondas que emiten nuestros pensamientos son muy diferentes cuando vibran para el bien o para el mal, pues el corazón y el cerebro funcionan juntos y saben lo que sentimos. Hay personas que dan de lado a su corazón y se obsesionan con el objeto ajeno. Pues su proximidad a lo ajeno genera castigo, daño a si mimo y daño al otro. Deseando ese objeto despierta su deseo de rabia o de odio.
Y este es unos de los venenos más mortíferos del ser humano, el odio, escuchaba este sábado en el Zendo de las Palmas, mientras meditaba  al maestro Celso, nos explicaba unas de las mayores dificultades que tenemos los seres humanos es el veneno del odio, que la palabra Dukkha (de origen sanscrito)  tiene como sinónimos de odio: Descontento. Desilusión. Insatisfacción. Sufrimiento. Incomodidad. Dolor. Intranquilidad. Imperfección. Malestar. Fricción. Pesar. Frustración. Irritación, Presión, Ir contra corriente, Agonía, Vacío, Tensión… esto ocurre cuando la persona ya no tiene  un "yo", al que proteger o beneficiar. Y su día a día es una insatisfacción general. Y porqué sentimos esa  insatisfacción,  te comento:- que todas nuestras experiencia son cambiantes, ninguna es capaz de ofrecernos una satisfacción duradera. Ponemos en ellas una excesiva esperanza o expectativa. Deseamos, nos apegamos a cosas, situaciones y personas que tarde o temprano tendrán que cambiar o desaparece En otras palabras, dukkha (sufrimiento) es la consecuencia de anicha.  La impermanencia

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